Esta busca prevenir y controlar los factores que puedan generar una condición dento-esqueletica más compleja en el adulto, mediante aparatos funcionales.
La mala posición de la dentadura y sus huesos correspondientes suelen comenzar a manifestarse en la niñez, por lo general cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos poco a poco por los dientes permanentes.
Es aconsejable llevar al niño al odontopediatra (especialista en Odontología Infantil) a partir de los 3 años, por norma una vez al año.
La primera revisión por un ortodoncista se realizara alrededor de los 7-8 años, ya que es el momento en que ha erupcionado el grupo de incisivos superiores e inferiores definitivos, y el crecimiento óseo es importante, cosa que nos permite diagnosticar si hay algún problema susceptible de corregirlo de forma precoz. Si el recambio dental y la oclusión son correctos iremos haciendo revisiones anuales para controlar la correcta erupción dental.